martes, 4 de febrero de 2014

Introducción a la Ciencia 2.0

En el estreno de mi blog, he optado por “gastar mis 15 minutos” explorando la cuenta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT, en Twitter (@FECYT_Ciencia).

¿La razón? El texto sobre “El Mito del Progreso en la Evolución de la Ciencia”. En este artículo, me ha llamado la atención los motivos por los que, según el autor, se está produciendo una creciente desconfianza entre la ciudadanía hacia todo lo relacionado con la ciencia. A saber, la pobre comunicación entre ciencia y ciudadanía, la relativa ignorancia que como sociedad tenemos hacia lo científico, y la distancia temporal que va desde el descubrimiento hasta la aplicación práctica.

El primero de estos motivos, la escasa comunicación entre ciencia y sociedad (público), me ha hecho preguntarme, al hilo de la tarea que tenía encomendada, si existe algún esfuerzo institucional para la divulgación y promoción científica. Y así he acabado en el Twitter de FECYT. Desde aquí, tratan de dar a conocer distintas informaciones relacionadas con el sector científico que difícilmente aparecen en los medios de comunicación más habituales: becas, congresos, noticias de interés científico, ofertas de trabajo, sugerencias televisivas, etc.

Reconozco ser nuevo en el mundo de Twitter, pero supongo que la cantidad de seguidores que actualmente tiene la cuenta de FECYT (unos 42000) es poca si la comparamos con el número de cuentas Twitter activas en nuestro país, y muestra claramente las dificultades existentes para resultar atractiva al público general, más (o mal) acostumbrado a otro tipo de noticias de ámbitos menos exigentes intelectualmente.

Por ponerle algún pero a esta iniciativa de FECYT, considero que este medio de comunicación, Twitter, es demasiado pasivo para la consecución del objetivo que se plantean: hacer asequible la ciencia para todos aquellos interesados independientemente de sus conocimientos previos. Quizá, si realmente quieren acercar la ciencia a todos los públicos, las instituciones implicadas deberían lanzar una campaña de divulgación a través de los canales de comunicación más potentes en la actualidad, ya sea la televisión o la prensa o, mejor, ambas. De todas formas, son de agradecer todos los esfuerzos orientados a promover la divulgación científica, por pequeños que sean, porque, no lo olvidemos, sin ciencia no hay progreso.


Como conclusión, me parece muy interesante utilizar las redes sociales, Twitter en este caso, como medio de comunicación, dado el auge y la popularidad que tienen a día de hoy. Un buen uso de las mismas puede servir de gran ayuda para combatir la desconfianza ciudadana hacia la ciencia comentada anteriormente y fomentar la aparición del “Julio Verne que todos llevamos dentro”.

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